SEVILLA
Ciudad internacionalmente conocida, alberga un interesante conjunto de construcciones declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO y barrios de hondo sabor popular. Fue una de las ciudades más importantes de Europa en la Edad Media y en la Antigüedad, y por ella han pasado romanos, visigodos, árabes y cristianos, dejando en ella una impronta espectacular. Su legado ha conformado a lo largo de siglos el patrimonio cultural, monumental y artístico que podemos admirar en sus calles y en sus museos.
El visitante no debe olvidar que se trata de un centro importantísimo de la tauromaquia y del flamenco y, por ello, debe tomarse el debido tiempo, "sin agobios?, al más puro estilo andaluz, interrumpiendo su recorrido histórico para tomarse unas tapas y una copita de Jerez o Manzanilla en alguno de los múltiples bares de la ciudad.
Sevilla, brillante y orgullosa, destila alegría y bullicio en cada uno de sus rincones.
QUE VISITAR
SEVILLA CLASICA
La joya sevillana del siglo XX, la Plaza de España, es la obra más emblemática de la Exposición Iberoamericana del año 1929, con un trazado semicircular y vistoso colorido por los azulejos que invaden su fachada. Resaltan también de la Expo el Pabellón Mudéjar , el Pabellón Real y el pabellón que hoy aloja el Museo Arqueológico, además de otros originales y bellos edificios que nos hacen sentirnos en la América precolombina.
Tras recrearse con una linda panorámica de la ciudad para disfrutar de la belleza de los monumentos como la Universidad de Sevilla, el puente de Triana y el Monasterio de la Cartuja, se recomienda ir a la Muralla construida bajo del imperio del mismísimo Julio César y visitar la Basílica de la Macarena, la Virgen ?guapa? de Sevilla.
Para finalizar, es obligado el paseo por el Barrio de Santa Cruz, donde los sentidos quedan fascinados por la belleza de sus calles, patios y flores, cerrando con broche de oro el recorrido en la Catedral de Sevilla, la más grande del mundo en estilo gótico y tercer templo de la Cristiandad, donde se puede disfrutar de vistas espectaculares de la ciudad desde su antiguo minarete, la Giralda, que se ha convertido en uno de los símbolos inconfundibles de la ciudad.
SEVILLA HISTORICA
Imprescindible es una visita al Parque de María Luisa, que inunda de flora exótica la zona entre el río y el centro histórico de Sevilla y que correspondía a la mitad de los jardines del Palacio de San Telmo, detrás del cual se puede visitar la Real Fábrica de Tabacos que hoy es Universidad. Estos jardines fueron regalados por la Infanta María Luisa a la ciudad en 1893. Unos años más tarde, serían escenario de la Exposición Iberoamericana de 1929, la cual dejó como legado un buen número de pabellones que hoy enriquecen el parque en gran armonía con su entorno vegetal.
Entre ellos resalta el que fuera pabellón español, que es lo que hoy llamamos la España. Desde allí parten las calles comerciales Tetuán, Sierpes y Cuna y la Plaza del Salvador, donde se puede visitar la segunda iglesia mayor de la ciudad, magnifico encuentro de estilos manierista, barroco, rococó y neoclásico: la iglesia del Divino Salvador.
Por la calle Francos se llega a la plaza del Triunfo, pleno centro monumental donde se pueden terminar visitando los Reales Alcázares, el Palacio Real en uso más antiguo de Europa, patrimonio de la Humanidad y compendio de todos los estilos arquitectónicos.
PASEO EN BARCO POR EL GUADALQUIVIR
Se puede recorrer el río Guadalquivir durante aproximadamente una hora, visitando la Sevilla clásica y la Sevilla moderna. Partiendo de la Torre del Oro y casi frente a esta, se puede apreciar el Teatro de la Maestranza, recientemente construido para la Exposición Universal de 1992. A continuación, el más antiguo coso taurino, la Plaza de Toros de la Real Maestranza.
Franqueado el Puente de Triana, se desemboca en el pintoresco y popular Barrio de Triana, calificado como el más sevillano, siendo de gran interés el Conjunto Monumental de la Cartuja, que fue el convento del Medievo donde Cristóbal Colón forjó durante tres años su viaje hacia lo desconocido, el Nuevo Mundo, y lugar en el que finalmente fue exhumado y donde se celebró la Expo 92.
BARRIOS DE HONDO SABOR POPULAR
Barrio del Arenal: inspiró buena parte de la literatura española del Siglo de Oro (Cervantes y Lope de Vega, entre otros) y además tiene un inconfundible sabor taurino y algunos de los mejores bares de tapas de la ciudad.
Barrio de Santa Cruz: donde nuestros sentidos quedarán fascinados por la belleza de sus calles, patios y flores. Es el barrio histórico de la ciudad, lleno de reminiscencias árabes y judías. Sus calles, estrechas y tortuosas, recuerdan casi a una medina de lujo: oscuras, llenas de corrientes de aire, entregadas a patios particulares típicamente sevillanos.
La mayoría de ellos conserva esa herencia musulmana que ayuda a refrescar la vista mediante plantas, flores y algo de agua. En esta zona se encuentran legados históricos como La Catedral y la Giralda, además del Patio de los Naranjos (herencia de la mezquita árabe), el Alcázar, el Archivo de Indias, La Lonja ó el Palacio Arzobispal. En las calles adyacentes, podemos encontrar además la Iglesia de Santa María la Blanca, junto a los Jardines de Murillo y el Hospicio de los Venerables. Hacia el río, La Torre de la Plata, también de la época musulmana.
Barrio del museo: uno de los barrios con más sabor de Sevilla, donde disfrutaremos desde la arquitectura plateresca del Ayuntamiento, hasta el Monasterio de la Cartuja, para el que fueron realizados muchos de los cuadros que se admiran en el museo de Bellas Artes.
Barrio de Triana: se encuentra al otro lado del río Guadalquivir, de calles empedradas y maneras de vivir muy diferentes a las de la Sevilla clásica. Cuna de toreros, cantaoras y cantaores, folclóricas y mucho baile flamenco, Triana vivió siempre del río. Este pueblo, históricamente marinero, fue una de las principales canteras de reclutamiento para los barcos que se dirigían antaño a la Américas. Pueblo de leyendas, de fiestas y de costumbres en su mayoría gitanas, en él las tapas de pescaíto frito y otras variedades no tienen parangón.
GASTRONOMIA
El encanto de la cocina sevillana no reside en la complicación o elaboración de sus recetas, sino en el estilo y en lo sabroso de sus condimentos.
Una de las mejores formas de disfrutar de la gastronomía de Sevilla es ir de tapas. Si no se sabe qué pedir o por dónde empezar, hay que probar con unos huevos a la flamenca, un cocido andaluz, unos pinchos morunos o unas pavías de pescado. También son típicos, el gazpacho, el pescaíto frito, el jamón, las aceitunas o el rabo de toro.
Los vinos que hay que probar en Sevilla son, principalmente, del Aljarafe, de Jerez, de Manzanilla o de Montilla.
Y si lo que se quiere es seguir probando platos típicos, se puede elegir entre el menudo, los callos, los langostinos en salsa vinagreta, la carne de vaca al estilo de Sevilla, la carne de venado, los liados sevillanos, las perdices en escabeche blanco, el pato a la sevillana, la trucha al yosemite o los caracoles a la andaluza.
Entre los dulces, los más característicos de Sevilla son las yemas de San Leandro, los borrachuelos sevillanos, los soldaditos de Pavía y las torrijas.
NO HAY QUE PERDERSE
Archivo de Indias
Torre del Oro
La Maestranza
Catedral y Giralda
Iglesia del Divino Salvador
Real Alcazar
Barrio de Santa Cruz
Plaza España
Parque de Maria Luisa
NO HAY QUE DEJAR DE PROBAR
El Adobo y el pescaíto frito
La manzanilla
Los pestiños
Las torrijas
El gazpacho
El jamón
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